miércoles, 8 de junio de 2011

Poema a la huevada

Es la una y pico de la mañana del miercoles... Una noche lluviosa, llena de goteras que inundan el alma, carcomiendo lentamente la tibieza inocente del arrullo terso, silente, alcanforado, de mi almohada solitaria... y en el nido garrafal de un pato noctámbulo, desvariando alucinado por la negra nube aguada, la resaca mineral del alma hecha jirones -cual huevo aguijoneado de nostalgias-, sale, se vivifica, se arremanga y se atornilla al infinito y se acomoda al filo del mojado charco azul de su morada...

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